¿Se acuerdan que la vez pasada les dije que el sexo se encuentra en cualquier parte? Pues resulta cierto. Es más fácil encontrar alguien que coja rico, que el amor y es una máxima que sirve para sobrevivir a la vida que nos demanda deseo carnal.
Entre la buscadera encontré a un buen hombre, engreído y culto, pero con unas ganas insaciables. Alguna vez me quejé de que solo habla de sexo, pero al tratar otros temas como política o cine, prefiero mil veces que solo habla de coger.
Y mi queja era y sigue siendo, que tiene fantasías sexuales medianamente densas. Más bien cochinas, como el golden shower o tener la relación en días de menstruación. Hasta ha llegado a fantasear con la idea de cogerme sin haberme bañado un par de días y por si fuera poco ha pedido fotos de mi vagina en pleno sangrado.
Ahora le he agarrado el gusto a sus cochinadas sexuales, diario hablamos, nos mandamos imágenes suculentas y me excita con sus peticiones. A él le prende que le cuente de mi vida swinger, de mis encuentros lésbicos y mi fascinación porque hombres desconocidos me manoseen en el Metro.
Le excita que mi vientre no haya concebido vida aún y se le endurece muchísimo cuando le pido que me embarace y que me haga suya. Entiende a la perfección lo que calienta un te amo falso a la hora de coger. Se enoja cuando sabe que otros hombres me asechan, pero se le para al saber que otros me desean como él.
A mí me gusta que acepte el cuerpo de una mujer tal cual es, uno que sangra, que suda, que emana un olor penetrante, pero delicioso cuando una se encuentra mojada. Y lo mejor es que lo quiere hacer diario, a toda hora y en todo lugar, en el auto, en la cocina, la sala, la cama, de frente, por atrás, con la boca… y que no me quiera compartir, que me abra de piernas cuando se le antoje y que nunca me pida permiso.
Porque ambos sabemos que sin sexo no podemos vivir, que lo necesitamos constante y no hay otra cosa que agradezca más que un pene grande, grueso y firme, que siempre esté dispuesto a penetrar y a guardar su esperma en lo calientito de mi alma.